La noche del jueves 12 de Noviembre pude asistir a algo magnífico, Depecho Mode visitó Valencia y casi me arranca un par de lagrimas de los ojos (me tuve que contener, iba acompañado de mi chica). Aunque el recinto no era el adecuado (una especie de hangar subterraneo de hormigón con columnas en un recinto ferial que sonó mal para los que estuvieron más atrás), el espectáculo lució bastante, no solo por la gran actuación de Depeche Mode y los dos músicos de apoyo que les acompañan en gira, sino por el gran espectáculo de videoproyecciones e iluminación que les acompaña y por lo entregado que estuvo el público durante todo el show.
La visita de Depeche Mode a Valencia en días como estos significó mucho. Una ciudad como Valencia, que protagonizó una de las más moderna revoluciones musicales de Europa en los 80 y principios de los 90 (mucho mayor a mi juicio que la horterísima "movida madrileña) y que con el posterior paso de los años ha sido destruida cultural y socialmente por una banda de políticos mangantes disfrazados de demócratas, iba a recibir una suerte de viaje en el tiempo musical gracias a la visita de estos jóvenes dinosaurios de una oscura música resultado de la fusión del sintetizador y la guitarra que la wikipedia define en su caso hoy en día como "música alternativa".
Entre el público, se podía observar un gran rango de edades, desde los veintipocos hasta los cuarenta y muchos, todos ellos contentos y emocionados a la llegada al recinto (una llegada algo accidentada según como se tratara de aparcar y acceder) unos por disfrutar de un grupo al que han descubierto hace poco, otros por revivir sonidos que les van a transportar años atrás a momentos quizá más fáciles de vivir que los actuales, momentos más cargados de sentido musical, momentos en los que en las calles y garitos de Valencia se podían escuchar músicas diferentes a las que hoy nos aturden...
Tras unos Soulsavers cuya actuación prácticamente me perdí por completo (aunque de lejos no sonaban mal) y tras una sesión de techno minimalista sonando en el recinto mientras los técnicos desmontaban el equipo de los teloneros y hacían alguna prueba con las luces, Depeche Mode salieron al escenario con puntualidad británica y dieron un concierto muy bien medido y preparado desde el principio al fin. Dave Gahan se dejó la piel y se dejó querer por el público, ¿de verdad este hombre tuvo un tumor hace meses? Nada puede acabar con alguien que se mueve así sobre un escenario, la muerte no se acercará a él en mucho tiempo, no sea que Dave baile sobre su cabeza. Martin Gore buscó también al público en las canciones que cantó y se lo metió en el bolsillo. Que gran momento cantando Home con todos nosotros. Ahí casi se me escapa una lágrima.
Durante todo el show el público saltó, bailó, dio palmas y sobretodo demostró que se sabía las canciones, tanto que no hizo falta ni que Gahan cantara Enjoy the silence. Las fantásticas luces perfectamente programadas y la pantalla gigante en la que se podía observar videoarte y proyecciones aumentadas y manipuladas de la propia actuación terminaron de convertir el show en algo para recordar. Al final, un Personal Jesus tocado por partida doble ya que a la primera no había quedado perfecto remató la faena y casi tira abajo el recinto. Ahí casi se me escapa la segunda lágrima. Me fuí a casa con dolor de espalda, medio afónico y con la satisfacción de haber gastado los cincuenta y pico euros mejor invertidos de todo el año.
Las leyendas empiezan a decir que tras el show el grupo pidió una furgoneta para salir a conocer la noche de la ciudad de Valencia. Una noche que todavía conserva algún aroma de la época dorada de la ciudad, y que Depeche Mode ha venido a perfumar un poco para que esa fragancia perdure un poquito más. Gracias chicos. Volved pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario